Concha López Bravo nació el 24 de noviembre de 1930 en Antequerra.
Señora López no tiene ningún tipo de formación pictórica y su afección a la pintura comenzó hace dieciséis años. El desencadenante fue la drogadicción de uno de sus hijos. Le compró un lienzo y unas pinturas para que se entretuviera. Pero él no las utilizaba y un día ella comenzó a pintar. "Me pongo delante del lienzo, cojo el pincel y comienzo a pintar lo que me viene a la cabeza. Mi gran inspiración es mi hijo, que falleció en el año 2001. Mientras pinto le recuerdo. Mezclo los colores sin saber, pero siempre consigo el color que quiero".
Señora López ha tenido una vida muy difícil y de mucho trabajo. Asegura que la pintura le ha servido para superar sus problemas y golpes del destino. Sus cuadros de monumentos, paisajes, retratos y autorretratos expresan sus sentimientos muy intimas y actúan muy profundamente sobre el espectador. Muchos de ellos contienen símbolos que protejan y rechacen calamidad.
Señora López sigue viviendo en Antequerra, está casada y es madre de seis hijos y abuela de doce nietos.